La Unión Europea está decidida a renovar en 2018, el actual acuerdo de pesca con Marruecos que entró en vigor en 2014, una noticia que ha convulsionado la dirección del Polisario.
Bruselas tomó esta decisión sobre la base del reciente informe «Evaluación retrospectiva y prospectiva del protocolo del acuerdo de asociación en el ámbito de la pesca sostenible entre la Unión Europea y el Reino de Marruecos».
En sus conclusiones, la dirección de los asuntos marítimos y pesca de la Comisión Europea (CE) recomendó la renovación del acuerdo de pesca UE-Marruecos, y dijo que representa «un instrumento global para la cooperación con Marruecos, fuertemente involucrado en la cooperación Sur-Sur».
En este informe, que fue presentado al Parlamento Europeo antes de su lanzamiento en enero de 2018, la Comisión Europea estima que el acuerdo de pesca permite a la UE lograr un retorno de la inversión al tiempo que contribuye al desarrollo del sector pesquero en Marruecos.
Según Bruselas, cada euro invertido en el sector pesquero en Marruecos permite un retorno de la inversión de 2,78 euros contra 0,65 euros en 2010.
Según la Dirección Europea de Asuntos Marítimos de la CE, el acuerdo ha demostrado ser «efectivo en el logro de su objetivo de sostenibilidad de la explotación», afirmando que el 75% de los impactos socioeconómicos benefician a las regiones de Dakhla. -Oued-Eddahab y El Aaiún -Boujdour-Sakia El Hamra. Según la misma fuente, el 66% de la dotación destinada al apoyo sectorial, unos 37 millones de euros, benefició a estas mismas regiones.
Ignorando esta realidad, los dirigentes del Polisario se apresuraron a hacer campaña contra la decisión de la UE en renovar su acuerdo de pesca con el Reino.
Continuando al mismo tiempo de denunciar la explotación de los recursos pesqueros del Sahara Occidental por Marruecos en un vano intento de disuadir a los europeos a la importación de productos pesqueros de las zonas marítimas del limítrofes del Sahara Occidental.
Pero la UE ya había decidido en 2016 que la situación de conflicto en el Sáhara Occidental no impedía las exportaciones de productos de la región, si los beneficios económicos de esta actividad beneficiaban a la población local.