El anuncio de la liberación el 6 de octubre de Mustafa Salma Ueld Sidi Mulud, fué el resultado de un hecho sin precedentes, en Marruecos como en el extranjero, que ha ejercido una enorme presión sobre el Polisario y Argelia. Ya que nadie se engaña sobre las verdaderas razones que llevaron al Polisario a detener éste desidente saharaui.
Después de haber anunciado públicamente su intención de defender el plan marroquí de autonomía en el Sáhara en los campamentos de Tinduf, éste valiente saharaui se había convertido en el hombre a cazar. Para el Polisario como para Argel, Mustafa Salma podría convertirse en un símbolo para los jovenes en los campamentos de Tinduf. Una juventud que ya no ve en la dirección del Polisario que una pandilla al servicio de los cálculos políticos argelinos en la región. La deserción de cientos de jóvenes saharauis de los campamentos de Tinduf en los últimos meses, es la prueba viviente.
La maniobra es clara, casi grosera. Al anunciar la liberación de Mustafá Salma, el Frente Polisario y Argelia esperaban aflojar la soga alrededor de ellos, y romper la cobertura mediática y el rechazo unánime de las organizaciones no gubernamentales internacionales. Una maniobra de la cuàl no hay que bajar la guardia, afirma el Comité de Acción para la Liberación de Mustafa Salma Ueld Sidi Mulud. Durante 24 horas después del anuncio de su liberación, Mustafa Salma sigue siendo inaccesible. Nadie sabe dónde está, aumentando la preocupación de su familia y las organizaciones no gubernamentales que defienden los derechos humanos.
Razon por la cuàl, el Comité de Acción insta a la comunidad internacional y las organizaciones no gubernamentales y a las almas amantes de la libertad de precaución y al apoyo continuado de Mustafa Salma hasta su liberación efectiva. También insta a seguir movilizados y mantener la presión para garantizar al desidente del Polisario la libertad de movimiento para reecontrarse con los suyos dondequiera que estén. Mustafa Salma también debe poderde expresar sus opiniones libremente, sin temor a represalias, incluido el derecho a llamar la atención sobre violaciónes de los derechos humanos cometidas en los campamentos de Tinduf, en Argelia.
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