La inesperada presencia del ministro de exterior de Marruecos, Saad-Eddine El Othmani en Addis Abeba, en el momento en que los jefes de estado africanos celebrabàn su cumbre el 29 y 30 de enero fue un momento de gran confusión para los dirigentes del Polisario.
En las filas del Polisario, la confusión fue aún más notable cuando el desplazamiento de Saad-Eddine El Othmani llegaba en un contexto regional y africano cambio.
Las declaraciones de varios líderes africanos marcarón el tono de un penoso giro de situacion en contra del Frente Polisario. Un revés para el frente que lleva desde el territorio argelino, una lucha feroz contra Marruecos por la independencia de la región occidental del Sahara.
La declaración del presidente de Túnez ha sido particularmente percutante. Moncef Marzuki, recién elegido Presidente de Túnez, describió como anomalía «mayor» que Marruecos sigue estando fuera de las estructuras de la Unión Africana. Por lo que prometió «todo lo posible para que esta anomalía importante que un gran como Marruecos no tenga su sitio en la familia común, sea corrigido».
Otros líderes han defendido la misma posición, considerando necesario la vuelta de Marruecos en el seno de África, mientras que se mantiene muy presente en las estructuras regionales y su papel en el comercio intra-africano.
Marruecos había abandonado la OUA en 1984 para protestar contra la intrusión forzosa de una república saharaui que sólo existía en la imaginación de la agenda de Argelia. Para ellos, Marruecos no ha dejado hasta ahora el continente.
La presencia de varias grandes empresas y bancos marroquíes en el Africa subsahariana, las estrechas relaciones con muchos países de África Occidental en Marruecos y la presencia de unos 8.000 estudiantes de diferentes países africanos, es un ejemplo perfecto.