Abandonado por sus aliados los franceses y españoles, el Polisario teme lo peor

Izquierda Socialista francés sigue el ejemplo de la UMP de Nicolas Sarkozy para reiterar de manera inequívoca, su apoyo político al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. El Partido Socialista (PS) seguirá prestando apoyo a la autonomía del Sahara marroquí caso de ser elegido, dijo el domingo, la primer secretario del PS, Martine Aubry, quién está de visita en Marruecos.
«Siempre hemos apoyado la iniciativa marroquí de autonomía (nota: en el Sahara) y vamos a seguir haciéndolo si estámos en el poder», dijo Martine Aubry, haciéndo asi, unfin a las conjeturas de los dirigentes del Polisario y de la prensa argelina que avanzaba que la subida al poder de los socialistas apoyaría la tésis separatista.
Para Martine Aubry, quién fue el invitado del noticiero de la noche del segundo canal «2M», el plan de autonomía marroquí es «la solución más realista» para continuar las conversaciones a nivel de la ONU y encontrar una solución a éste conflicto.

Ya el ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé, que se encontraba en visita oficial la semana pasada en Rabat, había dicho que la propuesta de autonomía es «la única propuesta realista» para una solución al conflicto.
Las declaraciones de los dos grandes líderes franceses llega en que se celebra del 11 al 13 de marzo, en Manhasset, cerca de Nueva York, la novena ronda de conversaciones informales con la participación de Marruecos, Argelia, Mauritania y «Polisario».
La esperanza que abriga el movimiento separatista saharaui a la llegad del gobierno del Partido Popular español, de Mariano Rajoy, después de las elecciones del 20 de noviembre, se evaporaron también en el aire, ya que éste ultimo ha elegido Marruecos como destino de su primer viaje oficial al extranjero. De desaire en desaire, el Polisario y sus mentores Argelinos no tienen otros trucos en la chistera, a excepción de la propaganda muy costosa e inútil que no les llevara a ninguna parte. Incluso sus antiguos aliados en Europa o África, con el tiempo los abandonaron después de darse cuenta de que en realidad era una farsa de la Guerra Fría.