La frustración en los campamentos de Tinduf alcanzó su apogeo cara a los dirigentes del Polisario, dirigido con mano de hierro por Mohamed Abdelaziz, desde 1976.
El clima de la insurrección y las manifestaciones de protesta que sacudieron los dos últimos meses los campamentos de Tinduf, opina un experto estadounidense , son los signos de inevitable desaparición del movimiento separatista saharaui.
En un análisis reciente dedicado a la deriva de los torturadores del Frente Polisario, el think tank American Enterprise Institute (AEI) informa que las manifestaciones y las protestas de los saharauis secuestrados en los campamentos de Tinduf es «la sentencia de muerte» del Polisario.
«La frustración alcanzó su punto álgido cara a los dirigentes del Polisario, dirigido con mano de hierro por Mohamed Abdelaziz, desde 1976, de acuerdo con el dogma marxista y un culto a la personalidad digna del bloque comunista durante la Guerra Fría», dice el autor del análisis, Michael Rubin, investigador de la AEI y profesor en el Naval Postgraduate School’s Center for Civil Military de Relations.
El clima de insurrección en los campamentos de Tinduf, señala, tiene sus orígenes en el desvío a escala industrial, el pasado internacional de la ayuda humanitaria liquidada en Argelia, Mauritania y Malí, pero también en la negativa del Polisario de afiliarse al plan marroquí de autonomía para el Sahara, que es apoyado por los Estados Unidos y muchos otros países.
Una propuesta pertinente que encuentra su legitimidad, según Rubin, en el proceso de desarrollo económico y social iniciado en las provincias del sur del reino, señala.
Y el autor del análisis de concluir que es » perfectamente concebible que las grietas y la insurgencia en los campamentos de Tinduf es la sentencia de muerte del Polisario, uno de los últimos vestigios de la Guerra Fría».