Después de su visita a principios de este mes a la sede del Polisario en Tinduf Christopher Ross regresó el domingo a Argelia, el enviado de la ONU esperando de arrancar un sobresalto de «realismo» según lo recomendado por el Consejo de Seguridad para el reanudación de las negociaciones con Marruecos para llegar a un arreglo de la cuestión del Sahara Occidental.
Desde el comienzo del año, Christopher Ross multiplica viajes de ida y vuelta a Argelia. En febrero pasado, ya había hecho el viaje a Tinduf, donde se reunió con dirigentes del Polisario que controlan con una mano de hierro los campamentos saharauis. El 5 de septiembre, el mediador de Ban Ki-Moon, ha vuelto a Tinduf, pero no ha sido recibido por el jefe del Polisario. Señal de descontento del DRS Argelino contra las presiones ejercidas sobre el Frente saharaui para volver a las negociaciones.
Hoy en día, Christopher Ross vuelve a Argel después de una visita a España, pero siempre con el mismo énfasis: la comunidad internacional considera esencial que el Polisario y Argelia muestren una mayor flexibilidad en la reanudación de las negociaciones. Dos opciones están sobre la mesa, la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental contra la oposición de Argel y del Polisario por una independencia para la región.
Según fuentes bien informadas, el Grupo de Amigos del Sáhara Occidental (Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y España) es opuesto a la posición de Argelia favorable a la creación de una república saharaui. El peor escenario que puede ocurrir en el contexto actual es la creación de una nueva fuente de tensión en la región Sahelo-Sahariana ya muy debilitado por la inseguridad y la inestabilidad, según la misma fuente.
El caso de Malí, Libia, Nigeria, Somalia … son potentes indicadores de amenaza desestabilizadora que hacen pesar los grupos terroristas y los movimientos separatistas en toda la región. Y la comunidad internacional es consciente.
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