Los dirigentes del Frente Polisario han visto esfumarse el jueves, el sueño que acariciaban por años para obtener el reconocimiento de su fantasiosa República Saharaui por el Gobierno sueco.
El gobierno sueco, que examinó la posibilidad de reconocer la independencia del Sáhara Occidental, abandonó la idea, ha anunciado el jueves, la televisión pública SVT en su sitio web, y señaló que esta cuestión fue objeto de estudio durante varios meses en el seno de la diplomacia Sueca.
Según el canal de televisión sueco, la decisión del Gobierno se formalizará en breve por la jefa de la diplomacia sueca, Margot Wallström, para poner fin a un conflicto diplomático que desde hace tiempo amargó las relaciones bilaterales entre Estocolmo y Rabat.
De acuerdo con la STV sin citar sus fuentes Wallström debe invocar la misma ocasión, los criterios geopolíticos y jurídicos tradicionales que guían el reconocimiento de un Estado por Suecia.
Después de una larga reflexión, dicen los observadores, el gobierno sueco se ha finalmente dado cuenta de que los intereses de Suecia son con Marruecos «, un país influyente en el mundo árabe», y no con una entidad títere creada desde cero en la época de la Guerra Fría, por regímenes autocráticos de Argelia y Libia.
Suecia está decidida a reanudar con el Reino de Marruecos «las relaciones económicas y los intercambios comerciales «.
De hecho, al no reconocer la quimérica entidad saharaui, el gobierno de Kjell Stefan Löfven simplemente corrige un gran error político cometido por la izquierda sueca (en el poder) que sucedió en diciembre de 2012, cuando estaba en la oposición a votar con el apoyo de la extrema derecha, una moción pidiendo el reconocimiento de la llamada República Saharaui. Después de su llegada al poder en octubre de 2014, la coalición de socialdemócratas y verdes tuvo que rehacer sus cálculos a favor de Marruecos, un estado reconocido universalmente, que sólo busca completar su integridad territorial después de su independencia.
Para finalizar de forma permanente esta página negra de la era colonial, Marruecos fue tan lejos como para proponer a los opositores saharauis una amplia autonomía que da amplios poderes a los habitantes de las provincias del sur del Reino, una propuesta que el Polisario y sus padrinos argelinos se obstinan en rechazar.
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