La ley de financiamiento de los Estados Unidos para el ejercicio 2016 que acaba de promulgar el presidente de EE.UU., Barack Obama, establece claramente que la ayuda de Estados Unidos para Marruecos se refiere a todo el territorio nacional del Reino, incluyendo sus provincias del sur.
Este es un mensaje cifrado que Washington dirige a la dirección del Polisario para invitarlo a adherirse al plan de autonomía que Marruecos propone para la solución definitiva del conflicto territorial en torno a esta parte del Sahara marroquí.
Además el apoyo de Estados Unidos para el Sáhara marroquí no es el dominio exclusivo de la Casa Blanca, de su inquilino actual y sus predecesores, pero también es una posición que esposa el Congreso, donde la mayoría bipartidista (republicanos y demócratas) han en muchas ocasiones expresado su pleno apoyo a la legitimidad de las reivindicaciones territoriales del Reino sobre su Sahara.
Esta posición fue reiterada recientemente, en noviembre de 2013 con ocasión de la histórica reunión en la Casa Blanca, del presidente Barack Obama y el Rey Mohammed VI, un encuentro que sólo confirmó los lazos estratégicos que les unen desde hace mucho tiempo a los dos países.
En su informe respaldado por la ley de financiamiento legislativo 2016, el Congreso, con sus dos cámaras, reiteró su apoyo bipartidista a la política exterior norteamericana a favor de una solución negociada a la cuestión del Sahara, sobre la base del plan de autonomía, bajo soberanía marroquí.
Por otra parte, el Congreso instó al sector privado de los EE.UU. a invertir en las provincias del sur del Reino.
en el mismo informe, el Congreso dijo que estaba «preocupado por el fracaso registrado en el camino de la solución del conflicto del Sahara y la situación de las poblaciones en los campamentos de Tinduf, en el suroeste de Argelia.»
El mismo sonido de la campana suena en el lado europeo, donde el pasado jueves en Estrasburgo, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, abogó abiertamente por la organización de un censo de las poblaciones secuestradas en los campamentos de Tinduf.
Esto sigue al escándalos de los numerosos desvios por los mándos del Polisario y sus cómplices argelinos de la ayuda humanitaria europea a estas poblaciones.
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