Zambia anunció el sábado la retirada de su reconocimiento a la «RASD», la república autoproclamada por el Polisario, engrosando las filas de los países africanos que desautorización el Frente saharaui apoyado por Argelia.
El anuncio de la retirada se hizo en Rabat por el canciller de Zambia Harry kalaba, tras una reunión con el ministro marroquí delegado de Asuntos Exteriores.
El Gobierno de la República de Zambia expresó su «fuerte apoyo» a los esfuerzos de las Naciones Unidas, bajo los auspicios del consejo de seguridad y del Secretario General de la ONU para llegar a una solución política, justa, duradera y mutuamente aceptable al conflicto del Sahara, de conformidad con las resoluciones pertinentes del Consejo de seguridad, dijo Harry kalaba en un comunicado de prensa.
Después de la decisión de Zambia, apenas un veintena de los 54 países de África hoy en día siguen reconociendo la República del Sahara reclamada por el Polisario con el apoyo del régimen argelino. La decisión de Lusaka es tanto más embarazoso para Argelia que Zambia debe presidir la Unión Africana a partir del próximo año.
Este retiro también suena como una negación a Argelia, cuyo régimen había impuesto unas pocas horas antes, un nuevo líder a la cabeza del Polisario. Brahim Ghali, el hombre de Argelia y que aboga por una línea dura contra Marruecos, de hecho, ha sido nombrado en contra de la voluntad de una gran parte de los saharauis en Tinduf.
Considerado como el «candidato de consenso» solo para suceder a Mohamed Abdelaziz, que murió el 31 de mayo, Brahim Ghali traduce en realidad una fuga hacia adelante de Argelia. Mediante la imposición de Brahim Ghali, los generales argelinos están tratando de acallar el surgimiento de voces disidentes en los campamentos de Tinduf que exigen la apertura de negociaciones con Marruecos sobre la base de la solución de autonomía en el Sahara.
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