El Frente Polisario ha sufrido un grave desaire el miércoles después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), con sede en Luxemburgo, haya rendido su veredicto validàndo el acuerdo agrícola UE-Marruecos, dando asi, razón a Rabat, dictando que el frente saharaui no estaba legitimado para intervenir ante un organismo europeo.
De acuerdo con el Tribunal de Justicia, el acuerdo de libre comercio en la agricultura y pesca, concluido en 2012 entre la UE y Marruecos tendría que ser cancelado a raíz de la objeción planteada por el Frente Polisario apoyado y supervisado por Argelia. La sentencia dictada por el Tribunal de Justicia anula el Miércoles por lo tanto, la precedente sentencia del Tribunal Europeo a favor de la parte argelina y el Polisario.
Esta decisión fue bien recibida por varios países europeos que habían introducido una acción colectiva después de que el Tribunal de Justicia anuló en diciembre de 2015, una parte del acuerdo agrícola de libre comercio entre la UE y Marruecos. Según los observadores, la decisión del Tribunal de Justicia de cancelar este acuerdo ha sido posible gracias al intenso lobbyismo ejercido por Argelia a nivel europeo para hacer frente a Marruecos.
El separatista Frente Polisario, que busca la independencia del Sahara desde hace más de 40 años, es financiado y apoyado por Argelia. Este último es también uno de los últimos países en reconocer la supuesta RASD (República Árabe Saharaui Democrática), un estado no reconocido por la ONU y cuyos dirigentes son meros auxiliares de los generales argelinos.
De hecho, en la sentencia del Tribunal de Justicia, así como en el recurso interpuesto por el ejecutivo de la UE, se trata de ver lo esencial, que la UE está al tanto de las maniobras de desestabilización por parte de Argelia contra Marruecos, a través del Polisario. Mientras tanto, las capitales europeas consideran a Marruecos como un eje estable y seguro en una región especialmente sensible. También ven en el plan de autonomía propuesto por Marruecos en el Sahara como un enfoque que va en la línea de la consolidación de la estabilidad regional según lo deseado por Europa y la comunidad internacional.