Los dirigentes del Frente Polisario ya no esconden sus temores de ver estrecharse su margen de maniobra en la escena africana con grandes cambios que deben acontecer en el año 2017 dentro de la Unión Africana (UA) y del inminente ingreso de Marruecos.
Saharuis disidentes con conocimientos de los campamentos de Tinduf bien informados de lo que ocurre en la sede del Polisario en Rabuni revelan que el jefe del Frente, Brahim Ghali y sus colaboradores más cercanos celebran discretamente reunión tras reunión, para prepararse para estos cambios que puedan hacer añicos sus demandas de independencia.
Teniendo en cuenta el creciente número de países africanos que se unieron a la causa marroquí, añaden nuestros contactos, Brahim Ghali y sus hombres de confianza esperan lo peor en el año 2017 y no descartan la posibilidad de expulsión de su república «RASD» de la organización panafricana.
En su opinión, varios factores militan en este sentido, cuenan los dos disidentes saharauis de Tinduf, citando entre otros, el ahogamiento de su apoyo principal Argelia, que en la actualidad se enfrenta a serios problemas institucionales (la batalla para la sucesión al Presidente Buteflika) y, especialmente, con el colapso financiero de sus reservas de divisas tras la caída de los ingresos por hidrocarburos.
Los dirigentes del Polisario, dicen los disidentes, que comienzan a entrar en pánico con la salida de la presidenta de la Comisión de la UA, la sudafricana Nkosazana Dlamini-Zuma, que fue una de sus principales pilares en los órganos de la UA Además del reciente avance diplomático de Marruecos que permitió un notable acercamiento entre el Reino y los países de África anglosajona, considerada durante mucho tiempo como de dominio exclusivo de los diplomáticos argelinos.
Además, Dlamini-Zuma, incluso habría enviado esta semana a Tinduf, su asesor de asuntos legales para informar al Polisario, que la RASD bien puede ver su estado reduciéndose en la cumbre africana en enero, en calida de observador en lugar de un miembro de pleno derecho que ha mantenido desde 1980.
Es en este contexto, añaden los dos disidentes, que Brahim Ghali y su milicia se han lanzado en vano, en una aventura muy arriesgada y muy provocadora blandiendo armas en la zona desmilitarizada de Guergarat en el extremo suroeste de Marruecos, para presionar a la ONU a reavivar las conversaciones de paz entre el Polisario y Marruecos, largo tiempo congeladas.
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