Fuentes fidedignas en Tinduf aseguran que el discurso del rey Mohamed VI del Domingo fue particularmente difícil para los jefes del Polisario, en el que reiteró la firmeza de Marruecos en la crisis de Guergarat y su ofensiva diplomática que permitió a la propuesta de autonomía de beneficiarse de un apoyo internacional sostenido.
Llevado a cabo con serenidad y firmeza, la gestión proactiva de la crisis de Guergarat ayudó a frustrar las maniobras para cambiar la situación en el Sahara, insistió Mohammed VI. Este mismo episodio catastrófico para el Polisario, también ha ayudado a desmitificar la ilusión mantenida por el frente separatista apoyado por Argelia, alrededor los supuestos «territorios liberados» en el Sahara.
Este enfoque claro y firme ha permitido de poner sobre la buena vía el proceso de liquidación dirigido por la ONU para la solución de la cuestión del Sahara, y de bloquear el camino a las maniobras que buscan de desviar la acción de la ONU.
El rey de Marruecos recordó que esta orientación se reafirmó en abril pasado en el informe del Secretario General de las Naciones Unidas y por las resoluciones del Consejo de Seguridad.
Ambas partes insistieron en el respeto de las referencias que enmarcan el proceso de resolución comprometido, además de su evaluación positiva de la propuesta marroquí de autonomía, vista como un marco de negociación válido.
También se hizo hincapié en el establecimiento de las responsabilidades legales y políticas que incumben a la parte verdaderamente involucrada en este conflicto regional, a saber: Argelia, que alberga el movimiento separatista del Polisario en su territorio y proporciona armas y apoyo financiero y diplomático.
Mohammed VI, especialmente, ha insistido sobre la orientación de Marruecos hacia África, que describió como «sabia elección» se refleja directa y positivamente en la cuestión del Sahara, como se evidencia por posiciones de los países africanos y las decisiones de la Unión Africana sobre este tema.