Las recientes declaraciones del ministro español de Asuntos Exteriores establecen de manera clara la relación entre la resolución de la cuestión del Sáhara y el final de los problemas en el Sahel, refleja claramente la conciencia de las capitales occidentales acerca de la alta porosidad entre el Polisario y el terrorismo en la Región; el diagnóstico hecho por Miguel Angel Moratinos, es particularmente significativo, ya que llega después de una entrevista con su homólogo francés, Bernard Kouchner. El ministro de Asuntos Exteriores español ha dicho que España y Francia comparten la misma visión sobre el conflicto del Sahara. «Si éste conflicto vendria a resolverse, el asunto se resolvería en el Sahel también», dijo.
Viniendo del ministro español, éstas declaraciones tienen un valor evidente. Sobre todo porque la inteligencia Ibérica ha tenido tiempo suficiente para medir la magnitud, durante el secuestro de los tres españoles en noviembre de 2009 en Mauritania. Los rehenes, de los cuàles se estableció que el secuestro fue orquestado y ejecutado por Omar Sahraui, un veterano del Frente Polisario, que vivió casi diez años en los campamentos de Tinduf, segun el diario español El Mundo, quemantuvo con él una entrevista. Además de Omar Sahraui, el secuestro de los humanitarios españoles ha sido llevado a cabo con la participación de al menos un militar de un movimiento que se opone a Marruecos. Por lo tanto, el vasto desierto del Sahel, que está fuera del control estatal, debido a unas fuerzas armadas a menudo apáticas, se ha convertido en una zona donde prolifera el tràfico y las actividades delictivas de todo tipo: armas, drogas, la inmigración ilegal, secuestros, etc. Una situación que hace perfectamente el negocio de los elementos del Polisario aliados de los yihadistas y la AQMI, y acesoriamente, los rebeldes y contrabandistas que pululan en éstas regiones sin ley.