La direccion del Polisario acaba de encajar un nuevo revés. Burundi ha anunciado este lunes que retiraba su reconocimiento a la fantasmal República Árabe Saharaui «RASD» (proclamada por el Frente Polisario). La decisión fué anunciada por su ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, Agustín Nsanze que se encuentra actualmente en una visita oficial en Marruecos. Este anuncio coincide con la gira que efectua desde hace una semana en la región, el enviado personal de las Naciones Unidas Secretario General para el Sáhara Occidental, Christopher Ross. Al anunciar el retiro del reconocimiento de la «RASD» por la República de Burundi, Un comunicado conjunto precisa que ésta decisión fué tomada «con el fin de fomentar, al igual que muchos otros países, el proceso de la ONU y el impulso de la iniciativa marroquí de autonomía.
La República de Burundi expresa por la voz de su Ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, también está dispuesta a apoyar los esfuerzos bajo los auspicios de las Naciones Unidas, por el Secretario General y su Enviado Personal para el lograr una solución política definitiva y mutuamente aceptable a éste conflicto regional. El comunicado conjunto fue emitido a raiz de una reunión que mantuvieron ayer, los jefes de la diplomacia de ambos países, Taieb Fassi Fihri, y Nsanze Agustín. Muchos estados africanos que fueron, en tiempos de guerra fría, engañados por los mercenarios del movimiento separatista, con el apoyo financiero y diplomático de las autoridades argelinas han finalmente rectificado vision en los últimos años, simplemente mediante la eliminación de sus reconocimiento a la fantasmal «RASD». El regreso masivo de saharauis que habían sido desplazados por la fuerza de sus hogares en las provincias del sur de Marruecos y muchos años secuestrados en los campamentos de Tinduf en el suroeste de Argelia, explica en parte el cambio en la actitud de estos países para con la dirección de movimiento separatista. La propuesta marroquí de amplia autonomía para el Sáhara Occidental como solución justa y definitiva, que ha sido respaldada y apoyada por la mayoría de los gobiernos de las grandes democracias del mundo, anima cada vez a más y más estados a cambiar de lado para evitar la balcanización de la región y garantizar una mayor estabilidad. Las causa justas siempre acaban triunfando.
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