Las violencias destructivas de El Aaiún obedecieron a un escenario predeterminado y preparado de antemano. El objetivo último era hacer fracasar el plan de autonomía propuesto por Marruecos para la solución definitiva del conflicto regional sobre el Sahara. Muchos observadores han llegado a esta edificante conclusión, dos semanas después del estallido de las violencias.
En retrospectiva, está claro que los elementos que se entregaron a la caza y la destrucción indiscriminada, en realidad fueron guiados por los dirigentes del Polisario con la ayuda de su padrino Argelino. Por su parte, los medios de comunicación españoles asistieron al concierto con una particion poco gloriosa.
La falsificación de los hechos y el mal uso de fotos sin relación alguna con lo sucedido en El Aaiún, revela con el tiempo el patinazo de los medios de comunicación dirigidos por muchos medios de comunicación ibéricos. Sin embargo, ni el Consejo de Seguridad ni las grandes potencias han caído en éste juego, para disgusto del Polisario, de Argelia y los medios de comunicación españoles juntos. Al reiterar su apoyo a la MINURSO, el Consejo de Seguridad reforzó el mandato de ésta misión, evitando al mismo tiempo ser influenciado por las maniobras del Polisario y Argelia. Del mismo modo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha reorientado a todos en el objetivo principal y prioritario de la cuestión del Sahara, llamando a todas las partes a «demostrar más voluntad de llegar a una solución política.»
El primer ministro español José Luis Rodríguez Zapatero, por su parte, reiteró el deseo de Madrid que se mantenga alejado de todas las tácticas de distracción en éste caso. Ha asegurado que el Gobierno español ha adoptado una posición de «prudencia», especialmente cuando algunos medios de información transmitieron en este caso » acontecimientos que no han sido confirmados.» Una clara alusión a la desinformación generalizada que han participado en muchos medios de comunicación españoles en éste caso.