Las declaraciones del diputado francés Francois Grosdidier, sobre las violencias en El Aaiún el 8 de noviembre son muy instructivas sobre las verdaderas intenciones de aquellos que han causado, y que orquestrado el bombo mediàtico que se siguio.
Para el parlamentario francés que conoce bién el Sàhara y la ha visitado varias veces, ésas violencia tenía un propósito específico. El objetivo de los promotores era «a la vez socavar los debates (llevado a cabo bajo los auspicios de las Naciones Unidas) y hacer creér a la opinión pública internacional que hay una protesta social mayoritaria de la marroquineidad del Sáhara en El Aaiún.
Pero lo que más queda en el corazón a las partes interesadas en alimentar la inestabilidad en la región es abortar la iniciativa de autonomía del Sahara marroquí. Una iniciativa calificada de «juiciosa sobre el plano internacional» y acojida como una base seria para las negociaciones por el Consejo de Seguridad, insistió el diputado francés.
La prueba de la manipulación extranjera de la violencia es evidente en el contraste entre la retencion de la cuàl han hecho muestra la policía marroquí, que actuó con habilidad, y la sangrienta violencia de algunos manifestantes. Estos actos «relevan de la manipulacion venida del extranjero y no desde una desesperación de los residentes locales», dijo el diputado francés. Para él, «es claramente un golpe dirigido por personas que tienen una vieja pràctica de la manipulación y la provocación.»
François Grosdidier vé en toda està operación una reacción desesperada a la dinámica del desarrollo en los pueblos y ciudades del Sàhara. Ya que el Polisario como Argelia son muy conscientes de que màs està dinàmica marroqui beneficia a las provincias del Sahara, además los Saharauiés toman consciencia que un Estado saharaui independiente «no sería viable.»