La caída del antiguo régimen libio llevado con puño de hierro por el coronel Muammar Gaddafi y su clan, es anunciador de nuevas relaciónes intermagrebinas más equilibrada.
Esta es la opinión compartida por muchos observadores y expertos en cuestiones Magrebinas. Para Charles Saint-Prot, director del Centro de Estudios Geopolíticos (OEG), con sede en París, el colapso de Gaddafi, quién por mucho tiempo, impidió el desarrollo de Libia y sus alrededores, no es ni màs ni menos, «una buena noticia para la causa de la unidad del Magreb árabe». «Durante demasiado tiempo el agitador de Trípoli fue un elemento perturbador que afecto a la necesaria integración de los países del Magreb y la construcción de una cooperacion de más de 100 millones de personas», dijo Saint-Prot, en su editorial en el último número del Boletín de la OEG. El experto francés recuerda a éste respecto que Gadafi «ha sido con el régimen argelino (su ultimo apoyo con los mercenarios del Polisario!), Uno de los padres fundadores del grupo separatista Frente Polisario en el Sahara marroquí, y en general un alborotador permanente saboteando todos los proyectos de integración regional «.
A nivel interno, «los caprichos del sea dicho +guía+ de la muy surrealista Jamahiriya, no sólo impidierón el desarrollo de este pais rico en petróleo (casi 45 miles de millones de barriles de reservas, o sea 4 veces mayor que Argelia) y en gas (en gran parte sin explotar), pero provocaron una marginación de Libia impidiéndola de tener el papel que debia de ser el suyo en el espacio Magrebi, árabe-musulmán y Mediterráneo «, añade. Ahora » Buenas perspectivas se presentan a aquellos llamados a dirigir la nueva Libia», dijo el editorialista, señalando que su misión es «histórico» porque «se trata no sólo de consolidar la unidad nacional, de asegurar una transición en calma y dignidad, un mejor uso de los recursos para el desarrollo sostenible, sino también para dar a Libia un buen lugar en la geopolítica regional en plena recomposicion y en el que el régimen argelino se encuentra ahora bien aislado.» «Con un Marruecos estable y consolidado por la reforma constitucional, un Tunéz y un regenerado Egipto, Libia podría ser un primer círculo dinámico del país del sur pionero de las relaciones entre las dos orillas de nuestro mar común», señala el director de la OEG. En base a este nuevo acuerdo, dice Saint-Prot, «la gran Unión para el Mediterráneo que algunos querían enterrar, podría encontrar una vida nueva.»
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