Erik Jensen: La autonomia sigue siendo la solución más realista al conflicto del Sahara

Entre las propuestas viables en la actualidad sobre la mesa de negociaciones para resolver el conflicto del Sáhara Occidental, la opción de la autonomía sigue siendo la más realista. Un aviso que ha sido apoyado y que acaba de ser reafirmado este miércoles en Nueva York,por el ex Representante Especial del Secretario General de la ONU para el Sahara, Erik Jensen.Se trata, dijo, de una solución negociada basada en el realismo y el espíritu de compromiso y que reviste de un caracter prioritario en el nuevo orden regional en el Magreb caracterizado por cambios profundos dictados por la primavera árabe. En este contexto, la iniciativa marroquí de autonomía es la solución «más realista a éste conflicto desde un punto de vista americano, como el francés o el español», dijo Erik Jensen, quién intervino en el procedimiento de la 4a Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebra en Nueva York. En el contexto de la revuelta árabe habiéndo estallado en varios países de África del Norte y de Medio Oriente (MENA), dijo, Marruecos, habida cuenta de las profundas reformas institucionales iniciadas por el rey Mohammed VI, con la adopción de una nueva constitución, ofrece una nueva dinámica para iniciar las discusiones de fondo sobre el plan de autonomía. Consagràndo la identidad plural de Marruecos, la nueva Constitución amplía la libertad individual, promueve los derechos humanos y garantiza la independencia del poder judicial, como parte de una democracia parlamentaria genuina.

Y el autor de «Sahara: Anatomía de un callejón sin salida (2005)», de agregar que estas medidas, una vez implementadas, sólo pueden favorecer un clima para las negociaciones sobre el conflicto del Sáhara. «El proceso democrático y el respeto a los derechos humanos permite que la iniciativa de autonomía de tomar forma», dice el ex responsable de la ONU quién sirvió en la región desde 1993 a 1998. Los cambios en curso en el mundo, a la vez  alarmantes, y alentadores de esperanza, animàn a discutir, justamente, de una amplia autonomía respetando las especifidades locales de la población saharaui, lo que de hecho, insistio, «la solución más realista.» Obviamente, insistió en que el conflicto del Sáhara es el mayor obstáculo para la realización de la Unión del Magreb. Una unión que proporciona a los países del norte de África, las brillantes perspectivas para el desarrollo económico en el Magreb estable y próspero para los retos del futuro. Por lo tanto fracasar en la resolución del conflicto en el Sahara no es sólo un fracaso para las aspiraciones de los pueblos de la región, sino una puerta abierta a todos los peligros. Un escenario, advierte, que sirve a los intereses de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) Al acecho y en busqueda de jóvenes frustrados y resentidos.

 

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