Christopher Ross: las razones de un fracaso

Menos de dos semanas después de la retirada por parte de Marruecos de su confianza en Christopher Ross, las verdaderas causas de esta desconfianza comienzan a aparecer, revelando que el mediador de la ONU ha hecho lleva la cuestión del Sáhara Occidental en un laberinto
de conversaciones informales sin fin.
El papel de Christopher Ross debería centrarse en facilitar el diálogo entre las partes en conflicto para llegar a una solución justa y realista como lo recomienda el Consejo de Seguridad. En cambio, el enviado del secretario general ha optado obstinadamente por una serie de reuniones informales que se ha revelado infructuosas las unas como, las otras.

En última instancia, y después de nueve rondas infructuousas, Ross se dio cuenta, sin reconocer abiertamente, que ha sido incapaz de hacer avanzar las negociaciones hacia adelante ni de un ápice. Este es sin duda el criterio adoptado que era el punto débil de Christopher Ross. El mediador de la ONU ha comenzado haciendo caso omiso de la hoja de ruta trazada por el Consejo de Seguridad. Este ultimo exhortaba a las partes en negociacion a «considerar» los progresos realizados desde 2007, o sea desde la proposicion marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental. Al barrer el trabajo de su predecesor, Peter van Walsum, y tomàndo la peligrosa decisión de empezar de nuevo, Ross dirigió las negociaciones informales en un círculo vicioso. Durante nueve rondas, las discusiones informales han dado la vuelta, eludiendo las cuestiones fundamentales para dar cabida a cuestiones de detalle. Peor aún, ninguna perspectiva estàba en vista para hacer volver los protagonistas a las negociaciones formales.
Por otro lado, Ross ha mostrado una ignorancia ruinosa de la realidad humana del conflicto. Desde hace algunos años, un aire de confianza empezó a construirse poco a poco, con el intercambio de visitas entre familias saharauis que viven en ambos lados de la frontera entre Marruecos y Argelia. En lugar de sacar provecho de esto, Ross trató de ejercer presión sobre Marruecos sugiriéndo extender el mandato de la MINURSO. Al mismo tiempo, ha imprudentemente ignorado los abusos que padecen las poblaciónes saharauis, sometidas al régimen casi-estalinista impuesto por el Polisario en los campamentos de Tinduf.

 

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