El senador EE.UU. Joseph Lieberman, calificó la propuesta marroquí de autonomía como «seria y creíble», expresando la esperanza de que esta iniciativa avance tan pronto como sea posible.
La política seguida por Marruecos en el dossier del Sahara y que debe conducir a la autonomia, «es buena y realista», dijo el senador que acababa de tener el miércoles en Rabat, conversaciones con el canciller marroquí Saad Din El Otmani.
La aceleración de la puesta en práctica de esta iniciativa, asegura contribuiera al establecimiento de la estabilidad en toda la región del Magreb y el Sahel.
De hecho, el senador Lieberman, del estada de Connectica y ex candidato presidencial de 2004 sólo ha reiterado la posición ya expresada en numerosas ocasiones y defendida por Washington, que aboga por el diálogo para una solución política negociada entre las partes en conflicto por el Sáhara Occidental.
Durante su última gira por el Maghreb, que le condujo a finales de febrero de 2012 a Túnez, Argel y Rabat, la secretaria de Estado americano Hillary Clinton había en efecto una vez más reiterado que Estados Unidos apoyaba el plan de marroquí de autonomía para el Sahara. «La política de EE.UU. sobre esta cuestión (el conflicto del Sahara), dijo en esencia, se mantiene sin cambios durante años y hemos afirmado en muchas ocasiones que la propuesta marroquí es seria y realista y responde a las aspiraciones del pueblo saharaui a vivir en paz «.
Por otra parte, la posición de Estados Unidos sobre el futuro del Sáhara Occidental, que opone desde hace más de 36 años a Marruecos a los separatistas del Frente Polisario, apenas se diferencia de la de París y, en menor medida, de la de Madrid. Las tres capitales occidentales son muy favorables a la adopción del plan de autonomía marroquí como una solución para la solución definitiva de la cuestión del Sahara.
Incluso los dirigentes del Polisario, como ha recordado recientemente el ex representante de la ONU para el Sáhara Occidental Erik Jensen, se decian dispuestos a raiz de una reunión organizada en agosto de 1996, en Ginebra, a negociar una solución política basada en la autonomía. Sin embargo, dijo, los dirigentes del Polisario no son libres en sus decisiones primero deben ser aprobadas por las autoridades de Argel, que nunca fue el caso. El gobierno argelino y en especial su franja militar sigue oponiéndose vehementemente a cualquier solución política que no sea la opción de la independencia.
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