Las condiciones de vida extremadamente duras y difíciles de los habitantes en los campamentos de Tinduf, son agravadas por una «atmósfera muy tensa y muy pesada.» Todos los accesos a este tipo de prision a cielo abierto estàn cerrados desde hace más de tres décadas, ante miles de marroquíes saharauis, cuando Marruecos, les dejá grande abiertas sus fronteras para un retorno en la dignidad a la patria. Para poner fin a esta tragedia humana, el estado marroquí ha ido hasta ofrecer, pero en vano, un plan de autonomía amplio para el Sáhara Occidental, una parte de su territorio nacional, que le contesta el Frente Polisario, con el apoyo las autoridades argelinas.
Un ex responsable del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) acaba de librar a la prensa en Bruselas, una dura crítica de ésta tragedia humana.
El letrado Eckart von Malsen, jurista internacional y ex miembro del ACNUR, que ha servido durante seis meses en los campamentos de Tinduf, confia a la prensa acreditada ante el Parlamento Europeo que «las condiciones de vida que he podido ver en los campamentos eran de una dureza absoluta «.
Las poblaciones retenidas en éstos campamentos «viven en condiciones muy difíciles y no tienen perspectivas de futuro», ha lamentado en un comunicado a la prensa al margen de una conferencia celebrada el pasado viernes en el Parlamento Europeo sobre la situación de las mujeres en los campamentos saharauis de Tinduf.
Denunciando un «ambiente tenso» y «muy fuerte» en estos campamentos, Von Malsen explicó en su testimonio que «todas las personas que vinieron a hablarnos eran vigiladas por el Polisario, y todos nuestros movimientos y hechos fueron observados y vigilados.» Lo que cuenta este ex miembro del personal del ACNUR no para nada nuevo ya que los expertos en cuestiones de seguridad han denunciado en repetidas ocasiones éstas prácticas a las cuàles se exponen las delegaciones extranjeras que viajan en misiones a los campamentos de Tinduf. Estos son escoltados desde su salida del avión hasta que parten del mismo aeropuerto de donde habían desembarcado. Los servicios de seguridad y las milicias del Polisario prohíben a los periodistas, fotógrafos, humanitarios y otros expertos de las ONG internacionales de circular libremente en los campamentos o para ponerse en contacto con las personas sin autorización previa y sin la presencia de oficiales del Polisario.
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