Apenas unos días después de su gira por los países del Magreb, el mediador de la ONU para el Sáhara Occidental, Christopher Ross, regresó inesperadamente a Marruecos, donde se reunió el 10 de abril con el rey Mohamed VI. Parece que después del fracaso de las conversaciones informales, Ross tiene grandes esperanzas de experimentar un nuevo enfoque para desbloquear el proceso de negociación liderado por la ONU. El enfoque consiste en optar por la diplomacia de idas y vueltas, en la que Christopher Ross debe jugar el papel de enlace para acercar los puntos de vista entre Rabat y Argel. Este procedimiento ha sido explicado en un nuevo informe que el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, presentará en los próximos días al Consejo de Seguridad. El informe hace especial hincapié en la mejora esencial de las relaciones entre Argelia y Marruecos, y la reapertura de la fronteras entre los dos países. El objetivo es distender el clima de tensión en la región para facilitar el proceso deresolucion. El nuevo método que Christopher Ross se prepara a poner en práctica se basa en la búsqueda de compromiso a partir de cuestiones que acercan, intentando desplazar los puntos conflictivos al final del proceso.
Porque, desde que se hizo cargo de la cuestión del Sáhara Occidental en el 2009, Ross ha intentado diversas fórmulas y revuelto el asunto en todas las direcciones. Y, aparte de la propuesta marroquí de autonomía, las posiciones permanecían fijos del lado del Polisario y Argelia. En la actualidad, el mediador de la ONU que conoce las asperidades de las relaciones entre Argelia y Marruecos por haber oficiado en el pasado como embajador de Estados Unidos en Argel, está convencido de que la solución del conflicto está en manos de Argelia y no del Polisario. El Frente independentista, cuya sede se encuentra en Argelia, no tiene autonomía con respecto a los oficialistas de Argel, y especialmente en relación a los altos oficiales militares que tienen la sartén por el mango en la cuestión del Sáhara Occidental. Otra noticia que hace que las nuevas ideas de Christopher Ross, son alentadas por Ban Ki-moon, es que la región corre verdaderos riesgos de desestabilización debido a la proliferación de grupos extremistas y separatistas, incluyendo la guerra en Malí es la inquietante ilustración.
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