Argelia fue sorprendida por la firme posición de Marruecos sobre el mandato de la MINURSO en el Sáhara Occidental, una situación ilustrada por la voluntad de Argel de incitar los medios de comunicación locales para poner el referéndum en el plato del dia, cuando fue superada por el plan de autonomía ampliamente elogiado internacionalmente.
Al afirmar su compromiso con el proceso político liderado por la ONU para lograr una solución de la cuestión del Sáhara Occidental, Rabat ha al mismo tiempo hecho hincapié en la necesidad de la imparcialidad de la MINURSO. Cualquier ampliación o modificación del mandato podrían poner en tela de juicio la presencia de la Misión. A raíz de esta firme posicion , Argelia se apresuró a atacar en regla a Marruecos sacando el episodio del referéndum, cuya inviabilidad llevó al Consejo de Seguridad a optar por el proceso de negociación en curso. Un proceso de negociacion titubeante, pero cuyo objetivo es poner fin al conflicto regional sobre el Sahara Occidental, en realidad, no entre Marruecos y el Polisario, pero entre Marruecos y Argelia.
Para rematar la táctica de distracción, Argelia finge ignorar sistemáticamente el plan de autonomía propuesto por Marruecos, cuando sabe que recibio un apoyo claro de la comunidad internacional. Desde la presentación del plan en 2007, todas las resoluciones del Consejo de Seguridad también lo han calificado de base «seria y creíble» para un acuerdo.
Este amplio consenso internacional emergente en torno al plan de autonomía también está relacionado con el contexto regional de creciente inestabilidad. Las capitales del mundo están convencidas de una cosa: la proliferación de grupos yihadistas y los movimientos separatistas ha creado una situación inestable en la región MENA y en la vasta región de la franja Sahelo-Sahariana que podriá instalarse con el tiempo . Para las grandes potencias, sería echar aceite sobre el fuego de añadir otro foco de desestabilizacion en el Sáhara Occidental en este contexto extremadamente agitado.
Por otra parte, pocas capitales que toman en serio el proyecto de Argelia para crear un sexto estado en el Magreb. En el mejor de los casos lo ven como un remanente de la vieja disputa entre Argelia y Marruecos, en lo peor peor, una terquedad de Argelia para mantener el caso del Sáhara Occidental como una piedra en la bota del rival marroquí.