José Manuel García-Margallo ha decepcionado enormemente el Polisario y, detrás de él Argelia, alegando que España defenderá ante el Consejo de Seguridad de la ONU una solución política negociada al conflicto del Sáhara Occidental.
Esta clarificación de la posición del gobierno de Madrid, reiterada por el jefe de la diplomacia española ante el Parlamento, también ha frustrado las asociaciones españolas de apoyo al Polisario. Organizaciones que representan un eslabón importante del movimiento saharaui en España. Contaban con la presencia de Madrid en el Consejo de Seguridad durante los próximos dos años, para inclinar la balanza a favor del movimiento independentista apoyado por Argelia.
La posición expresada por el ministro de Asuntos Exteriores español, sin embargo, no es nueva. Madrid sigue convencido, ya sea bajo un gobierno de derecha o de izquierda, el plan de autonomía presentado por Marruecos, es la propuesta más creíble para la solución de la cuestión del Sáhara Occidental. La misma posición es apoyada por los EE.UU., Francia y otras capitales del mundo.
Todos ven en el proyecto de Argelia de crear un sexto estado en el norte de África, bajo la dirección del Polisario, una aventura de incalculables consecuencias en una región volátil. Las principales capitales de todo el mundo consideran con gran cuidado la ambición de Argelia para crear desde cero un Estado en un territorio desierto tan grande como la mitad de España, con menos de un millón de habitantes.
Para los especialistas en geoestratégia, tal diseño no tendrá otras consecuencias que de inflamar una zona geográfica ya gravemente desestabilizada por las redes de terrorismo y el tráfico de todo tipo. Ya la región se ha quedado atascada con grupos yihadistas que están al acecho de la frontera con Mauritania a Somalia, a través de Mali, Libia, y Nigeria …