Voces comienzan a elevarse en el Parlamento Europeo para que oda la luz sea derramada sobre la malversación masiva de la ayuda humanitaria a los campamentos de Tinduf, en Argelia, tras la publicación en el boletín de la Unión Europea de un informe condenatorio contra el Polisario y los dirigentes argelinos.
Para el diputado socialista Hugues Bayet, es incomprensible que el informe de la OLAF, la oficina antifraude de la UE, se ha mantenido deliberadamente en secreto desde 2007. La investigación de la OLAF durante cuatro años, cuyo texto se publicó, el 3 de febrero, concluyó de la existencia de desviación a gran escala de la ayuda internacional. Un tráfico que dura desde hace varios años y está dirigido por una red estructurada, bajo la batuta de los dirigentes del Polisario y cómplices argelinos.
Gran parte de la ayuda humanitaria se desvía a la llegada de la carga al puerto de Orán, donde se opera la clasificación, precisa el informe de veinte páginas de la Oficina Europea. En vez de ir a la población saharaui desposeida que sobrevive bajo control estalinista del Polisario y el DRS argelino, la ayuda se encuentra en venta en los mercados de Argelia, Mauritania y Malí, según los investigadores de la OLAF.
Una de las causas de esa desviación a gran escala es la «sobre-estimacion del número de refugiados.» El informe dice que la ayuda humanitaria proporcionada se basa en el número de 155.000 saharauis establecida por las autoridades argelinas. Sin embargo, «ni Argelia ni el Frente Polisario permiten que un censo de la población de los campamentos se organicé.» En referencia a «las fotografías tomadas por satélite y una evaluación científica», la OLAF considera, por su parte, que el número es de 91.000.
La encuesta europea confirma otros cargos de malversación de fondos de las ONG internacionales contra el Polisario. Una de estas organizaciones es la ONG estadounidense Teach the Children International. La organización humanitaria había cesado su ayuda a los campamentos de Tinduf en 2005, tras el descubrimiento de un tráfico a gran escala sobre un soporte de más de 5 millones de dólares que han terminado en los bolsillos de algunos dirigentes del Polisario y sus cómplices argelinos.
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