El plan de autonomía propuesto por Marruecos en el Sáhara Occidental, ha una vez más sido promocionado esta semana como base seria para llegar a una solución política del conflicto que el Polisario, el movimiento apoyado por Argelia, insiste en perpetuar.
El motivo de està puesta en relieve fue ofrecida por la visita de trabajo a Marruecos, el 9 de marzo y el 10, del jefe de la diplomacia francesa. «Francia apoya el plan de autonomía marroquí como base seria y creíble para una solución negociada, de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU», dijo el comunicado conjunto franco-marroquí emitido en ocasión de la visita de dos días a Marruecos de Laurent Fabius.
La posición de París no es nueva en la cuestión del Sáhara Occidental, dónde Francia conoce los entresijos porque era la potencia colonial en Argelia y Marruecos y Mauritania. En este sentido, el apoyo de Francia al plan de autonomía es un justo restablecimiento de la realidad histórica que prevaleció en el momento de la división colonial de la región entre Francia y España.
Hoy, París tanto como otras capitales del mundo son conscientes de que la solución de este conflicto artificial se vuelve aún más urgente. Para ello, sería un error geoestratégico fatal de hacer del Sáhara Occidental una nueva fuente de tensión en una región debilitada. De hecho, Libia, Malí, pasando por Argelia, que está regularmente sacudida por los ataques de grupos terroristas o de países limítrofes de los desiertos del Sahara y el Sahel, la situación es muy alarmante en términos de seguridad.
El inexorable aumento de la violencia terrorista, alimentada por los extremistas islámicos y grupos separatistas de todos los lados, pide una política de estabilización y seguridad de la zona. La solución de la cuestión del Sáhara Occidental es parte de esta visión para mantener alejados a los extremistas en este lado del norte de África. El plan de autonomía es la clave y las principales potencias, París a la cabeza, son plenamente conscientes.
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